Viejos recuerdos
Tenía entre sus manos un cuaderno. Lo había tomado del piso, se le cayo a alguien que no creyó volver a ver. Alguien que creía parte de su pasado. Lo tomo y cuando lo iba a devolver ya no encontró a la dueña del cuaderno. Decidió abrirlo y ver que tenía dentro. Lo hojeo un poco, y vio que eran unos cuantos garabatos. Decidió leerlos después. Tomo su café y siguió su camino al trabajo. Desde la ultima vez que la había visto, muchas cosas habían cambiado; ya no vivía en la misma ciudad, trabajaba en donde siempre quiso y tomaba café cuando antes juraba que no le gustaba. Se pregunto que era lo que hacía en ese lugar. Decidió no tomarle importancia, y puso sus pensamientos en la rutina del día.
Llego al café que le habían dicho era el mejor del lugar. En cuanto entro lo vio; sabía quien era, lo conocía demasiado bien. Aun así había cambiado mucho. El clima le favorecía y parecía estar más feliz de lo que ella lo conocía. Sonrió para sus adentros, parecía que la vida le jugaba otra de sus bromas. Trato de no darle importancia que ya llegaba tarde, fue y pidió el primer café que vio . Espero lo que para ella fue una eternidad. Tomo su pedido y se fue casi corriendo, sin darse cuenta que había dejado algo, ni que alguien la observaba atentamente.
Abre la puerta de su departamento, deja las llaves, se quita las botas de nieve y deja el abrigo colgado. Iba camino a su cuarto cuando se escucha que se cae el abrigo. Algo enfadado vuelve a poner el abrigo en donde va, lo que quería era dormirse. Después del trabajo lo habían casi obligado a ir al cumpleaños de un compañero de trabajo. Se había divertido, pero estaba muy cansado y eso lo ponía un poco de mal humor. Cuando iba hacia su cuarto noto el cuaderno en el piso. Lo tomo y decidió leerlo un poco antes de ir a dormir, o más bien tratar de entenderlo la letra no era muy fácil de leer.
Llego al departamento, había sido un día cansado. Dejo la mochila en el sillón y se puso a recoger un poco. Apenas había llegado el día anterior y había muchas cosas que acomodar. Se preparo algo de cenar, si es que abrir una lata de sopa y calentarla se le llamaba cenar. Después de la cena fue a vaciar su mochila, tenía tantas cosas que casi le daba dolor de espalda. Fue cuando se dio cuanta que había perdido su cuaderno, trato de recordar en donde pero no se le ocurrió nada. No le dio importancia. Además quien lo podría leer, ahí nadie la conocía; no creía que la única persona que conocía haya encontrado el libro. Eso era al menos lo que ella pensaba.
Y ahí estaba sentado como todas las mañanas. Esta vez había tomado un café más fuerte de lo acostumbrado. Se había quedado casi toda la noche leyendo ese cuaderno, no le gustaba desaprovechar sus horas de sueño, lo más extraño era que estaba esperando que entrara por la puerta tropezando con lo que fuera que estuviera en su camino. Se rio, era tan distraída, así la recordaba al menos. Se termino de tomar el café, ya era hora de ir al trabajo. Todo el rato que estuvo no la vio entrar. Aunque sabía que la encontraría en el momento menos esperado, o al menos eso esperaba el. Decidió quitarle importancia, y siguió caminando hacia el trabajo. Bien podía tomar un camión, pero hacia buen clima para caminar.
Se levanto de un sueño algo extraño. Vio el reloj y casi se espanta. Tenía apenas tiempo para alistarse y llegar cinco minutos antes. La nueva escuela y su extrema puntualidad, y apenas era su primer día. Salió de bañarse, agarro su mochila y salió corriendo de los departamentos. Ni tiempo tuvo de desayunar. Vio el reloj, el camión ya se había ido, siempre estaba media hora antes y a ella le quedaban veinte minutos. Decidió ir corriendo, hacía algo de frio, pero no quería que la dejaran afuera de clases en su primer día. En eso se estrella con alguien, no supo quien fue. Noto un buen olor a perfume. Solo se disculpo un poco apenada. Tomo su mochila que se había quedado en el suelo y corrió a la entrada de la escuela. Había llegado justo a tiempo. Busco su salón y entro justo cinco minutos antes de la hora, y ya habían llegado todos. Le esperaba un día muy largo.
Se levanto del suelo, se limpio la suciedad y recogió su maletín. Si, esa chica seguía igual de distraída que siempre. Al menos esta vez no había olvidado nada. Tuvo que caminar unas cuadras y llego justo a tiempo. Estaba de buen humor, incluso había saludado a la chica enseguida de su oficina, que en otras ocasiones le parecía molesta y e incomoda. Lo que no noto fue como ella lo vio extraño. Ella se dio cuenta de su ben humor.
Faltaban solo diez minutos para salir. Ya quería terminar el día y salir a caminar un poco. Quería conocer la ciudad, pasar un rato, “que sería de el?”, ver que entretenimientos había, “me habrá reconocido?”. Siguió pensando en lo que quería hacer, pero sin darse cuenta se desvió a algunos recuerdos. Ya había dejado de prestar atención cuando se fijo que todos la estaban observando. Al parecer le hicieron una pregunta, a la cual de suerte se sabia la respuesta. En eso sonó el timbre de salida. Tomo sus cosas y se salió tan rápido como pudo. Iba saliendo cuando lo vio platicando con una chica que se veía muy apegada. Al parecer lo noto porque también la volteo a ver, hasta que la chica al ver lo que pasaba volvió a acaparar su atención. Decidió mejor seguir caminando.
Había tenido una mañana muy ocupada. Se había arrepentido de hablarle a la chica rubia, se la había pasado hablándole cada vez que lo veía desocupado. Por fin llego la hora de comer. Salió de la oficina sigilosamente, pero la rubia lo esperaba fuera del edificio. Empezó a decirle que debían ir a comer, empezó a acercarse y se sintió incomodo. Fingió una sonrisa y no supo lo que le estaba diciendo. Hasta que noto que alguien lo observaba, y vio quien era. Parecía que salía de la escuela. Si sacaba cuentas este era su penúltimo año. Esa era la razón que la traía aquí. No noto como la rubia se fijaba en lo que estaba observando. Hasta que se dio cuenta, llamo su atención y tuvo que voltear a verla. Cuando volvió a voltear ya no estaba. Dejo a la rubia hablando sola y se fue al bar que estaba a unas cuadras. Por alguna razón se sentía enojado.
Después de lo que vio, se sintió algo triste, y eso no le gustaba. Ya había pasado por eso y la lo había superado. No tenia ninguna expectativa después de lo que vio en el café. También se sentía enojada, tenía una tarde libre en un lugar que no conocía. Podía ir a conocer los lugares más bonitos, y que estaba haciendo ella? Sentirse mal por un viejo recuerdo. Decidió ignorar también el hecho de que sentimientos que pensaba que ya había olvidado estaban regresando. Decidió olvidarlo un rato, se concentro en todo lo que le faltaba por recorrer y en todo lo que quería conocer.
Al final decidió irse por un restaurant de comida rápida, en cuanto termino de comer regreso a la oficina. Le faltaba todo una tarde de trabajo y le necesitaba tener la mete ocupada.
Ya era algo noche y apenas había llegado al departamento. Había caminado como nunca, estaba muy cansada. En cuanto se acostó, se durmió.
Tuvo una tarde llena de trabajo, más de lo que creía. Estuvo tan ocupado que esa vez ya no sabía si la rubia había dejado de llamarlo o simplemente no lo noto. Al salir de la oficina varios lo invitaron al bar, al día siguiente era día festivo y ya querían empezar a celebrar. A el, esas cosas lo tenían sin cuidado, se disculpo y se fue a su casa. Sus compañeros sabían que era extraño que fuera con ellos, a si que se despidieron. Esa vez tomo el camión, estaba algo cansado para ir a pie. Cuando llego busco el su mochila unos documentos que tenia que firmar y encontró el cuaderno, se acordó que le faltaban unas cuantas paginas. Decidió terminar de leerlo antes de irse a dormir.
La alarma la despertó. La puso muy temprano, ese día era festivo y no tenía escuela, tenia planeado aprovecharlo. Decidió ir al café de nuevo, era una mañana algo fría y el café le pareció muy bueno. Iba en camino volteando a ver todo alrededor, menos el camino. Sin darse cuenta que piso, se tropezó. Su mochila cayo unos pasos enfrente, y se corto la mano. Se levanto como pudo y se tapo la mano con una venda que tenia en la mochila. Hacía poco se había lastimado y siempre traía una venda por si acaso. Recogió todo lo que se había caído de la mochila y siguió caminando al café, ahora si, fijándose por donde iba.
Se levanto temprano para aprovechar su día libre. Quería pasear por la ciudad, ya la conocía bastante bien, pero era un lugar agradable. Se fue al café, ya era una rutina diaria, y le gustaba. Tomo el camión esta vez, tenía que ahorrar fuerzas. Planeaba caminar todo el día. Fue a pedir su café, pero cuando se fue a buscar su mesa favorita, ya estaba una persona sentada que no se daba cuenta de que la estaban observando. Estaba muy atenta a lo que pasaba en la calle. Silenciosamente se sentó en la silla de enfrente y empezó a tomarse su café y espero a que lo notara.
Llego al café, la mano le dolía un poco. Fue a pedir algo de tomar, una bebida caliente, esta mañana la sentía fría. Se fue a la única mesa que estaba vacía. Se puso a ver la ventana mientras se tomaba el café. Fue en eso cuando escucho que la silla de enfrente se movía, parecía que alguien se había sentado. No iba a tomarle importancia, pero la curiosidad le gano. Cuando decidió voltear, se sorprendió de ver quien era.
Sonrió, se fijo que ella noto quien era. Si se acordaba. Vio que ella intento agarrar su café pero casi se le cae encima. Al verlo que estaba sonriendo se puso roja, y a el solo le pareció más gracioso. Tantas cosas le quería preguntar. Pero no dijo nada, se dedico a terminarse su café. Hasta que la vio quejarse un poco, y fue cuando noto su mano. La tomo y la vio quejarse. Le pregunto que le había pasado. No le sorprendía, se había tropezado por distraída. Parecía que era algo en ella que nunca cambiaría. Le ofreció acompañarla al hospital, la vio balbucear un poco, a si que decidió llevarla. Agarro su mochila y la de ella, la tomo de la mano y se la llevo al hospital. A veces ella podía ser algo lenta.
Simplemente no se lo esperaba. Fingió no estar sorprendida. Iba a tomar algo de su café y casi se le cae encima. Lo peor es que lo único que a el se le ocurre es reírse más de ella. Siguió tomando de su café como si nada hubiera pasado. Pero el dolor la delato. Le pregunto que le había pasado, y le dijo que se había tropezado por distraída. La vio como regañándola, pero lo que no esperaba era que le dijera que la iba a acompañar a que la vieran en el hospital. Al parecer solo con la venda no se iba a cerrar esa herida. Guardo todas sus cosas, pero como el estaba algo apurado le ayudo a terminar de guardar sus cosas, la agarro de la mano y simplemente lo siguió.
Llegaron al hospital y hablo con la enfermera en la recepción. Le dio a que llenaran unos papeles mientras esperaban a que llegara el medico. Estaba llenando los documentos tan deprisa, que ni se fijaba que todavía la tenia tomada de la mano. Entregaron los papeles con la recepcionista y los paso con el medico.
No estaba segura de porque lo hacia, lo único que sabía con certeza era que lo hacía porque así era su forma de ser, cuando sabía que algo estaba mal, para el era inevitable no tratar de arreglarlo. Lo que no entendía, era porque todo este tiempo la tenia tomado la mano. No era que se quejara, o que no le gustaba, solo no entendía. Los pasaron rápido con el medico, que al parecer si se había dado cuenta de cómo no la soltaba. Por fin le termino de poner los tres puntos y los dejo salir.
Estaban en la salida del hospital cuando se dio cuenta. Tan preocupado estaba, o que había sido? Se dio cuenta por fin que todavía le tenía tomado la mano. Ella le pregunto en voz baja si era tan amable de devolverle su mano que ya casi no la sentía. No dijo nada y la soltó.
Un poco apenada le pregunta en voz baja si le podía devolver su mano. Se quedaron en silencio unos minutos, hasta que el le pregunto que si que tanto de la ciudad conocía. Ella apenas había tenido poco menos de la semana, y conocía muy poco. Al parecer era un día lleno de sorpresas, le dijo que para tenerla vigilada y evitar otra ida al hospital, el iba a enseñarle la ciudad y todos sus lugares importantes o al menos lo que el consideraba que era lo mejor, después el resto.
No estaba actuando de manera común, se había ofrecido literalmente a acompañarla a visitar la ciudad. Ella le dijo que estaba bien, que podían comenzar ese día aprovechando que era día festivo. Le pregunto que si a que lugares la gente visitaba regularmente en días festivos como ese. No, el no iba a ir a donde toda la gente iba. El iría a sus lugares favoritos, la multitud le estresaba y la podía perder de vista, no quería otro accidente como el que tuvo en la mañana, además todavía habría tiempo para visitar esos lugares.
Cerro la puerta de su departamento, y se quito los zapatos y su mochila. Dejo las cosas que había comprado en la mesa de la cocina. Se puso pijama y se relajo un poco. Ese día había sido bastante largo, pero el mejor. Se la pasaron caminando hasta que a ella le dolieron los pies, entonces se la llevo cargando de caballito, hasta que a el le dolieron los pies. Para ese entonces ya era bastante tarde y la acompaño a su departamento después de cenar. Conocieron en un día, lo que a ella le habría llevado dos semanas en conocer. Y cuando por fin llegaron a su departamento, le dijo que seguirían en contacto. No paso mucho tiempo cuando se quedo dormida profundamente.
Llego cansado a su departamento. No recordaba haber caminado tanto, y hasta ahorita era de sus mejores paseos. Ya se las arreglaría para seguir enseñándole la ciudad. Era una ciudad no tan grande, pero el sentía que todos los días había algo nuevo. Leyó un poco más del cuaderno antes de dormirse.
Sonó el timbre, la clase había terminado. Agarro todas sus cosas y salió. Tenia bastante tarea. El día anterior se la había pasado paseando y se le olvido haber adelantado tan siquiera un poco. Pero no importaba, había valido la pena cada segundo. Cuando salió de la escuela, lo vio.
Había tenido una mañana ajetreada, pero los únicos pendientes los podía terminar en su departamento. Decidió hacer una pequeña visita. Llego a su escuela, a la hora de salida. No llevaba mas de cinco minutos cuando la vio salir se acerco y le pregunto que si quería ir a comer.
Con gusto acepto ir a comer, no conoció ningún lugar para comer y ya no tenia comida decente en su departamento. Fueron a comer a un lugar de comida típica. A ella le pareció que era un buen lugar. Pero después de comer, le dijo que esta vez no podría ir a pasear, le dijo que le gustaría ir a una biblioteca y poder terminar todas sus tareas pendientes.
Iban camino a su biblioteca preferida, tenia bastantes libros y era como todas las bibliotecas tranquila, pero esta en especial era algo acogedora. En las salas había unas chimeneas con unos grandes sillones para sentarse a leer cómodamente.
Volteo a ver su reloj, se dio cuenta que habían pasado tres horas desde que llegaron. Tenía una pila alta de libros y estaba a punto de terminar su tarea, tan solo terminaba con la conclusión de su ultima investigación. Volteo a ver que estaba haciendo el y se fijo que se veía cómodo leyendo en uno de los sillones junto a una chimenea. Hacia una hora que había terminado con su trabajo
y dijo que la esperaría, que tenía algo que darle. No se imaginaba que podría ser.
Estaba leyendo cuando sintió que alguien se acercaba. Despego la vista del libro y vio que se acercaba. Al parecer ya había terminado su tarea. Puso un separador en su libro y lo guardo en la mochila, cuando se fueran lo iba a rentar. Le había parecido bastante interesante y quería terminar de leerlo. Saco también de su mochila la libreta que se había encontrado unos días atrás, y que su sueña de seguro todavía ni se enteraba de que estaba perdida. Le dijo que se sentaran en la mesa en donde ella había estado haciendo su tarea.
Vio que el guardaba su libro, pero también se fijo que estaba sacando una libreta que sospechosamente se parecía a la que ella creía haber perdido. Pero le parecía imposible que el la tuviera en sus manos. De seguro era pura coincidencia, o eso era lo que ella quería creer. Le dijo que se sentaran en la mesa en donde estaba haciendo su tarea.
Se fijo que había notado como había sacado su libreta y la saco de dudas, si esa era su libreta. También le dijo que la había leído. Era su diario, la fecha empezaba en las mismas fechas que el la había conocido. De cómo se habían empezado a llevar, pero también como habían dejado de frecuentarse. Había unas cosas que no recordaba y otras cosas que no había entendido mucho, y al parecer y por lo que había leído ella tampoco había entendido muchas cosas. Pero al final dejaron de hablarse y el se vino a vivir a otro país y ella después de un tiempo había seguido con su vida. Después de leer lo que ella había escrito recordó porque le había dejado de hablar. Ella había empezado a sentir algo por el y el no había sabido como corresponderle., no era nada bueno para esas cosas. Le pregunto si haberlo encontrado ahí había sido pura coincidencia o ya sabía donde estaba.
Le dijo que había leído su diario, se quedo paralizada. No sabía si estaba contenta porque había encontrado su diario, o triste porque la única persona que no quería que supiera de eso fuera la que lo encontró, o enojada porque había leído su diario. Estaba confundida y no sabía que podía decir. Empezó a recordar porque le había dejado de hablar. Ella había empezado a sentir algo por el, y por más que intentaba negarlo o hacer algo contra eso, simplemente no lo podía evitar. Y lo peor era que entre más obvia era ella, más era lo que el se alejaba. Definitivamente, no era nada buena para esas cosas. Después de un momento en silencio, el le pregunto que si había sido coincidencia haberlo encontrado ahí. Si, había sido pura coincidencia. Después de que se dejaran de hablar, ella ya no supo nada de el. Solo lo veía alguna vez durante los pasillos, pero el la evitaba. Después de que el termino la escuela, ya no supo nada de el.
Se estaba sintiendo como una mala persona, verla con esa cara. Se veía algo incomoda, y podía notar como los recuerdos le incomodaban. Más de lo que a el le pudiera incomodar. Le dijo que le explicara bien.
Ya no estaba tan segura que habérselo encontrado tan lejos era buena suerte, le traía tantos recuerdos que le dolían. No comprendía que era lo que quería saber de eso. Había sido el quien decidió dejar de hablarle y de terminar cualquier buena comunicación que tenía con ella. Pero lo volteo a ver y vio algo en sus ojos que la hiso por decidirse decirle todo. Como cuando tenía la confianza de contarle sus secretos sin que el fuera a juzgarla, o como cuando ella le daba consejos sobre cualquier cosa que el le comentara. Quizá había sido porque lo que sentía por el no se había ido del todo. Pero ahí estaba ella de nuevo enfrente de el, sin poder ocultarle nada. Todo empezó cuando fueron a la escuela de idiomas en el mismo salón. El sabía un poco más pero no había un nivel más alto, a si que se conformo con eso. Empezaron a hablando un poco y fueron tomando más confianza. En ese entonces a ella le gustaba alguien y a el le gustaba otra persona. Al final ninguno de los dos tuvo oportunidad con la otra persona. Y ellos siguieron hablando más. Ella no se había dado cuenta pero le había empezado a gustar. Así era, ella le contaba todo y el le decía sus cosas. En su cumpleaños ella le hablo y el le dijo que era la única que le había hablado. Ella confiaba en el, pero el la regañaba que no era bueno confiar tanto en la gente. El era un ermitaño y ella solo quería escuchar lo que el tenía que decir. Hasta que el dejo de hablarle, y cuando ella le hablaba le contestaba de vez en cuando solo para decirle que estaba ocupado. Se entero por otra persona que le gustaba alguien más. Y lo confirmo ella misma, que aunque ya hablaban muy poco ella lo conocía muy bien. Sabía cuando le gustaba alguien. Fue cuando tuvo que tomar la decisión de ya no tratar de hablarle, porque al parecer el ya había dejado de hablarle. Y eso le dolió mucho. Para poder superarlo realmente le costo algo de tiempo. Pero al fin pudo. Le ayudo que en ese tiempo el se iba de la ciudad. Ya se había graduado y quería vivir lejos del pueblo, a lo que le contaba cuando todavía eran amigos. Después de eso no supo nada de el y mucho menos preguntaba. Ella prefirió seguir con su vida, terminar su escuela y enfocarse en lo que a ella le gustaba. Termino de contarle y se sintió mal, se sintió que estaba entregando demasiado su confianza, casi se arrepiente de haberle contado. Lo volteo a ver, decidió agarrar su mochila y estaba a punto de levantarse e irse cuando sintió que le tomaba la mano.
Estaba sorprendido con todo lo que le estaba diciendo, la veía como cuando le contaba sus cosas cuando estaban en la escuela. Cuando termino agarro su mochila, se veía dispuesta a irse. Puso su mano sobre la de ella que estaba en la mesa. Eso al parecer hiso que se quedara, pero todavía se le veía un poco incomoda. El lugar ya estaba casi en silencio. Había solo unas cuantas personas. Ya estaban ando las diez de la noche, pero no se preocupaba. La biblioteca abría las 24 horas.
Quería recuperar su mano, no entendía su afán de tomarle la mano a cada rato. Que no sabía el que eso la hacía dejar de pensar con claridad. Se sentía incomoda. Quería irse de ahí y regresar a dormirse a su departamento. Pero al parecer no estaba dispuesto a dejar que se fuera, pero tampoco decía nada. Le dijo que lo volteara a ver, después de un rato le hizo caso.
Se notaba como ella evitaba voltearlo a ver. Quería contarle su parte de la historia, le dijo que lo viera, pero quito su mano de la mesa. Después de un rato decidió voltearlo a ver. Que si cuál era su parte de la historia le pregunto. Hasta donde ella sabía era solamente haberle dejado de hablar, porque nunca entendió muy bien porque, quizá hasta después quiso darle excusas o al menos entenderlo un poco. Solo supo decirle que lo escuchara. Para el, ella era una muy buena amiga. Podía decirle y quejarse con ella de cualquier cosa que le pasara. Pero también para el ella era alguien inmaduro, era demasiado distraída. Por eso la regañaba mucho. Nunca la vio con otros ojos. Cuando sus amigos le empezaron a preguntare acerca de ella, nunca sabia que contestar y siempre cambiaba el tema. En parte le molestaba que lo hicieran. Fue entonces cuando empezaron a perder la comunicación, siempre que ella le hablaba le decía que estaba ocupado y en parte era cierto. También en ese entonces a el le llamo la atención otra persona. Lo que le sorprendió era que ella supiera, si el nunca le dijo nada de ella. Después de que dejaran de hablar el se fue del pueblo. Cuando termino de contarle la vio un poco ausente.
Mientras escuchaba lo que le decía se estaba acordando de todo. Estaba diciéndole exactamente lo que ella pensaba era la razón por la cual dejo de hablarle. No supo que contestar, se sentía incomoda y simplemente quería irse. Era un poco tarde. Estaba la biblioteca más callada, la ultima persona estaba tomando sus cosas para retirarse. Se levanto, le dijo que quería retirarse a su departamento. Era muy noche ya y tenía mucho sueño, esa era su excusa. Lo vio que quería decirle algo pero no lo dejo, mientras iba saliendo escucho que le dijo que le marcaría después. Se detuvo un momento para luego seguir caminando más rápido. Ya había pasado por esto, y ni había ido a otra parte del mundo para volver a pasarle. Pero no podía evitarlo, le seguían doliendo todos lo recuerdos. Y lo peor era que añoraba cosas que nunca pasaron. No podía evitar tampoco las lagrimas que recorrían sus mejillas, se sentía tan, no sabía ni como describirlo. Llego a su departamento y estaba todo oscuro y en silencio, ni lo noto. Dejo sus cosas a como iba pasando, llego a junto a su cama y se durmió. Le esperaba un largo fin de semana.
Vio como sin expresión alguna se levantaba de la silla y agarraba sus cosas. Le dijo en voz muy baja que ya estaba muy cansada y se iría a su departamento. Antes de que se fuera alcanzo a decirle que seguiría en contacto, cuando le dijo eso vio como se paraba en el marco de la puerta de la biblioteca y después seguía su camino. Con coraje, le dio un golpe a la mesa con su puño. La bibliotecaria lo vio enojada y lo mando a callarse. Le pidió disculpas y empezó a tomar sus cosas, era mejor irse. Ya pensaría como solucionar las cosas. Fue en eso cuando noto el mismo cuaderno que se había encontrado unos días atrás. Lo tomo y sonrió, ya pensaría como llamar su atención.
Se despertó y sentía los ojos hinchados, todavía sentía un poco de coraje. Como era que podía estar así por algo que creía haber olvidado. Se dio un buen baño y decidió tomar su desayuno fuera. Era hora de que no compraba la despensa, ya lo haría después. Decidió apagar su celular y buscar un mapa de la ciudad. Ya tenía toda la tarea hecha a si que se tomaría la libertad de seguir conociendo el lugar.
Llego a su oficina cansado y desganado. Apenas había desayunado un poco y casi ni había dormido. Se la había pasado toda la noche pensando y no logro pensar en nada. En eso entra su jefe y le dice que tenía que preparar sus cosas porque tendían que visitar a un cliente fuera de la ciudad esa misma tarde, el y su compañera rubia. No iba a ser un fin de semana de lo mejor. Su jefe le dio su boleto de avión y le dijo que llegara temprano al aeropuerto. Se fue a su casa para hacer la maleta, tenía solo una hora para irse a aeropuerto y estar temprano. En media hora ya tenia su maleta hecha, solo estaba esperando al taxi para que lo llevara al aeropuerto. Le marco a su compañera de oficina, le aviso que la vería en a sala de espera. Estaba ya de camino al aeropuerto cuando decidió marcarle, pero no le contesto. Al parecer tenia e teléfono apagado. Este iba a ser un largo viaje.
Dejo las llaves de su departamento en la mesita. Acababa de llegar con la despensa de la semana, por fin había ido a comprar la comida. Iba a dedicar la tarde a arreglar el departamento y a limpiar. Ya había recorrido bastante la ciudad el día anterior y esa misma mañana.
Llego el Domingo en la noche muy cansado del viaje.
Tenía entre sus manos un cuaderno. Lo había tomado del piso, se le cayo a alguien que no creyó volver a ver. Alguien que creía parte de su pasado. Lo tomo y cuando lo iba a devolver ya no encontró a la dueña del cuaderno. Decidió abrirlo y ver que tenía dentro. Lo hojeo un poco, y vio que eran unos cuantos garabatos. Decidió leerlos después. Tomo su café y siguió su camino al trabajo. Desde la ultima vez que la había visto, muchas cosas habían cambiado; ya no vivía en la misma ciudad, trabajaba en donde siempre quiso y tomaba café cuando antes juraba que no le gustaba. Se pregunto que era lo que hacía en ese lugar. Decidió no tomarle importancia, y puso sus pensamientos en la rutina del día.
Llego al café que le habían dicho era el mejor del lugar. En cuanto entro lo vio; sabía quien era, lo conocía demasiado bien. Aun así había cambiado mucho. El clima le favorecía y parecía estar más feliz de lo que ella lo conocía. Sonrió para sus adentros, parecía que la vida le jugaba otra de sus bromas. Trato de no darle importancia que ya llegaba tarde, fue y pidió el primer café que vio . Espero lo que para ella fue una eternidad. Tomo su pedido y se fue casi corriendo, sin darse cuenta que había dejado algo, ni que alguien la observaba atentamente.
Abre la puerta de su departamento, deja las llaves, se quita las botas de nieve y deja el abrigo colgado. Iba camino a su cuarto cuando se escucha que se cae el abrigo. Algo enfadado vuelve a poner el abrigo en donde va, lo que quería era dormirse. Después del trabajo lo habían casi obligado a ir al cumpleaños de un compañero de trabajo. Se había divertido, pero estaba muy cansado y eso lo ponía un poco de mal humor. Cuando iba hacia su cuarto noto el cuaderno en el piso. Lo tomo y decidió leerlo un poco antes de ir a dormir, o más bien tratar de entenderlo la letra no era muy fácil de leer.
Llego al departamento, había sido un día cansado. Dejo la mochila en el sillón y se puso a recoger un poco. Apenas había llegado el día anterior y había muchas cosas que acomodar. Se preparo algo de cenar, si es que abrir una lata de sopa y calentarla se le llamaba cenar. Después de la cena fue a vaciar su mochila, tenía tantas cosas que casi le daba dolor de espalda. Fue cuando se dio cuanta que había perdido su cuaderno, trato de recordar en donde pero no se le ocurrió nada. No le dio importancia. Además quien lo podría leer, ahí nadie la conocía; no creía que la única persona que conocía haya encontrado el libro. Eso era al menos lo que ella pensaba.
Y ahí estaba sentado como todas las mañanas. Esta vez había tomado un café más fuerte de lo acostumbrado. Se había quedado casi toda la noche leyendo ese cuaderno, no le gustaba desaprovechar sus horas de sueño, lo más extraño era que estaba esperando que entrara por la puerta tropezando con lo que fuera que estuviera en su camino. Se rio, era tan distraída, así la recordaba al menos. Se termino de tomar el café, ya era hora de ir al trabajo. Todo el rato que estuvo no la vio entrar. Aunque sabía que la encontraría en el momento menos esperado, o al menos eso esperaba el. Decidió quitarle importancia, y siguió caminando hacia el trabajo. Bien podía tomar un camión, pero hacia buen clima para caminar.
Se levanto de un sueño algo extraño. Vio el reloj y casi se espanta. Tenía apenas tiempo para alistarse y llegar cinco minutos antes. La nueva escuela y su extrema puntualidad, y apenas era su primer día. Salió de bañarse, agarro su mochila y salió corriendo de los departamentos. Ni tiempo tuvo de desayunar. Vio el reloj, el camión ya se había ido, siempre estaba media hora antes y a ella le quedaban veinte minutos. Decidió ir corriendo, hacía algo de frio, pero no quería que la dejaran afuera de clases en su primer día. En eso se estrella con alguien, no supo quien fue. Noto un buen olor a perfume. Solo se disculpo un poco apenada. Tomo su mochila que se había quedado en el suelo y corrió a la entrada de la escuela. Había llegado justo a tiempo. Busco su salón y entro justo cinco minutos antes de la hora, y ya habían llegado todos. Le esperaba un día muy largo.
Se levanto del suelo, se limpio la suciedad y recogió su maletín. Si, esa chica seguía igual de distraída que siempre. Al menos esta vez no había olvidado nada. Tuvo que caminar unas cuadras y llego justo a tiempo. Estaba de buen humor, incluso había saludado a la chica enseguida de su oficina, que en otras ocasiones le parecía molesta y e incomoda. Lo que no noto fue como ella lo vio extraño. Ella se dio cuenta de su ben humor.
Faltaban solo diez minutos para salir. Ya quería terminar el día y salir a caminar un poco. Quería conocer la ciudad, pasar un rato, “que sería de el?”, ver que entretenimientos había, “me habrá reconocido?”. Siguió pensando en lo que quería hacer, pero sin darse cuenta se desvió a algunos recuerdos. Ya había dejado de prestar atención cuando se fijo que todos la estaban observando. Al parecer le hicieron una pregunta, a la cual de suerte se sabia la respuesta. En eso sonó el timbre de salida. Tomo sus cosas y se salió tan rápido como pudo. Iba saliendo cuando lo vio platicando con una chica que se veía muy apegada. Al parecer lo noto porque también la volteo a ver, hasta que la chica al ver lo que pasaba volvió a acaparar su atención. Decidió mejor seguir caminando.
Había tenido una mañana muy ocupada. Se había arrepentido de hablarle a la chica rubia, se la había pasado hablándole cada vez que lo veía desocupado. Por fin llego la hora de comer. Salió de la oficina sigilosamente, pero la rubia lo esperaba fuera del edificio. Empezó a decirle que debían ir a comer, empezó a acercarse y se sintió incomodo. Fingió una sonrisa y no supo lo que le estaba diciendo. Hasta que noto que alguien lo observaba, y vio quien era. Parecía que salía de la escuela. Si sacaba cuentas este era su penúltimo año. Esa era la razón que la traía aquí. No noto como la rubia se fijaba en lo que estaba observando. Hasta que se dio cuenta, llamo su atención y tuvo que voltear a verla. Cuando volvió a voltear ya no estaba. Dejo a la rubia hablando sola y se fue al bar que estaba a unas cuadras. Por alguna razón se sentía enojado.
Después de lo que vio, se sintió algo triste, y eso no le gustaba. Ya había pasado por eso y la lo había superado. No tenia ninguna expectativa después de lo que vio en el café. También se sentía enojada, tenía una tarde libre en un lugar que no conocía. Podía ir a conocer los lugares más bonitos, y que estaba haciendo ella? Sentirse mal por un viejo recuerdo. Decidió ignorar también el hecho de que sentimientos que pensaba que ya había olvidado estaban regresando. Decidió olvidarlo un rato, se concentro en todo lo que le faltaba por recorrer y en todo lo que quería conocer.
Al final decidió irse por un restaurant de comida rápida, en cuanto termino de comer regreso a la oficina. Le faltaba todo una tarde de trabajo y le necesitaba tener la mete ocupada.
Ya era algo noche y apenas había llegado al departamento. Había caminado como nunca, estaba muy cansada. En cuanto se acostó, se durmió.
Tuvo una tarde llena de trabajo, más de lo que creía. Estuvo tan ocupado que esa vez ya no sabía si la rubia había dejado de llamarlo o simplemente no lo noto. Al salir de la oficina varios lo invitaron al bar, al día siguiente era día festivo y ya querían empezar a celebrar. A el, esas cosas lo tenían sin cuidado, se disculpo y se fue a su casa. Sus compañeros sabían que era extraño que fuera con ellos, a si que se despidieron. Esa vez tomo el camión, estaba algo cansado para ir a pie. Cuando llego busco el su mochila unos documentos que tenia que firmar y encontró el cuaderno, se acordó que le faltaban unas cuantas paginas. Decidió terminar de leerlo antes de irse a dormir.
La alarma la despertó. La puso muy temprano, ese día era festivo y no tenía escuela, tenia planeado aprovecharlo. Decidió ir al café de nuevo, era una mañana algo fría y el café le pareció muy bueno. Iba en camino volteando a ver todo alrededor, menos el camino. Sin darse cuenta que piso, se tropezó. Su mochila cayo unos pasos enfrente, y se corto la mano. Se levanto como pudo y se tapo la mano con una venda que tenia en la mochila. Hacía poco se había lastimado y siempre traía una venda por si acaso. Recogió todo lo que se había caído de la mochila y siguió caminando al café, ahora si, fijándose por donde iba.
Se levanto temprano para aprovechar su día libre. Quería pasear por la ciudad, ya la conocía bastante bien, pero era un lugar agradable. Se fue al café, ya era una rutina diaria, y le gustaba. Tomo el camión esta vez, tenía que ahorrar fuerzas. Planeaba caminar todo el día. Fue a pedir su café, pero cuando se fue a buscar su mesa favorita, ya estaba una persona sentada que no se daba cuenta de que la estaban observando. Estaba muy atenta a lo que pasaba en la calle. Silenciosamente se sentó en la silla de enfrente y empezó a tomarse su café y espero a que lo notara.
Llego al café, la mano le dolía un poco. Fue a pedir algo de tomar, una bebida caliente, esta mañana la sentía fría. Se fue a la única mesa que estaba vacía. Se puso a ver la ventana mientras se tomaba el café. Fue en eso cuando escucho que la silla de enfrente se movía, parecía que alguien se había sentado. No iba a tomarle importancia, pero la curiosidad le gano. Cuando decidió voltear, se sorprendió de ver quien era.
Sonrió, se fijo que ella noto quien era. Si se acordaba. Vio que ella intento agarrar su café pero casi se le cae encima. Al verlo que estaba sonriendo se puso roja, y a el solo le pareció más gracioso. Tantas cosas le quería preguntar. Pero no dijo nada, se dedico a terminarse su café. Hasta que la vio quejarse un poco, y fue cuando noto su mano. La tomo y la vio quejarse. Le pregunto que le había pasado. No le sorprendía, se había tropezado por distraída. Parecía que era algo en ella que nunca cambiaría. Le ofreció acompañarla al hospital, la vio balbucear un poco, a si que decidió llevarla. Agarro su mochila y la de ella, la tomo de la mano y se la llevo al hospital. A veces ella podía ser algo lenta.
Simplemente no se lo esperaba. Fingió no estar sorprendida. Iba a tomar algo de su café y casi se le cae encima. Lo peor es que lo único que a el se le ocurre es reírse más de ella. Siguió tomando de su café como si nada hubiera pasado. Pero el dolor la delato. Le pregunto que le había pasado, y le dijo que se había tropezado por distraída. La vio como regañándola, pero lo que no esperaba era que le dijera que la iba a acompañar a que la vieran en el hospital. Al parecer solo con la venda no se iba a cerrar esa herida. Guardo todas sus cosas, pero como el estaba algo apurado le ayudo a terminar de guardar sus cosas, la agarro de la mano y simplemente lo siguió.
Llegaron al hospital y hablo con la enfermera en la recepción. Le dio a que llenaran unos papeles mientras esperaban a que llegara el medico. Estaba llenando los documentos tan deprisa, que ni se fijaba que todavía la tenia tomada de la mano. Entregaron los papeles con la recepcionista y los paso con el medico.
No estaba segura de porque lo hacia, lo único que sabía con certeza era que lo hacía porque así era su forma de ser, cuando sabía que algo estaba mal, para el era inevitable no tratar de arreglarlo. Lo que no entendía, era porque todo este tiempo la tenia tomado la mano. No era que se quejara, o que no le gustaba, solo no entendía. Los pasaron rápido con el medico, que al parecer si se había dado cuenta de cómo no la soltaba. Por fin le termino de poner los tres puntos y los dejo salir.
Estaban en la salida del hospital cuando se dio cuenta. Tan preocupado estaba, o que había sido? Se dio cuenta por fin que todavía le tenía tomado la mano. Ella le pregunto en voz baja si era tan amable de devolverle su mano que ya casi no la sentía. No dijo nada y la soltó.
Un poco apenada le pregunta en voz baja si le podía devolver su mano. Se quedaron en silencio unos minutos, hasta que el le pregunto que si que tanto de la ciudad conocía. Ella apenas había tenido poco menos de la semana, y conocía muy poco. Al parecer era un día lleno de sorpresas, le dijo que para tenerla vigilada y evitar otra ida al hospital, el iba a enseñarle la ciudad y todos sus lugares importantes o al menos lo que el consideraba que era lo mejor, después el resto.
No estaba actuando de manera común, se había ofrecido literalmente a acompañarla a visitar la ciudad. Ella le dijo que estaba bien, que podían comenzar ese día aprovechando que era día festivo. Le pregunto que si a que lugares la gente visitaba regularmente en días festivos como ese. No, el no iba a ir a donde toda la gente iba. El iría a sus lugares favoritos, la multitud le estresaba y la podía perder de vista, no quería otro accidente como el que tuvo en la mañana, además todavía habría tiempo para visitar esos lugares.
Cerro la puerta de su departamento, y se quito los zapatos y su mochila. Dejo las cosas que había comprado en la mesa de la cocina. Se puso pijama y se relajo un poco. Ese día había sido bastante largo, pero el mejor. Se la pasaron caminando hasta que a ella le dolieron los pies, entonces se la llevo cargando de caballito, hasta que a el le dolieron los pies. Para ese entonces ya era bastante tarde y la acompaño a su departamento después de cenar. Conocieron en un día, lo que a ella le habría llevado dos semanas en conocer. Y cuando por fin llegaron a su departamento, le dijo que seguirían en contacto. No paso mucho tiempo cuando se quedo dormida profundamente.
Llego cansado a su departamento. No recordaba haber caminado tanto, y hasta ahorita era de sus mejores paseos. Ya se las arreglaría para seguir enseñándole la ciudad. Era una ciudad no tan grande, pero el sentía que todos los días había algo nuevo. Leyó un poco más del cuaderno antes de dormirse.
Sonó el timbre, la clase había terminado. Agarro todas sus cosas y salió. Tenia bastante tarea. El día anterior se la había pasado paseando y se le olvido haber adelantado tan siquiera un poco. Pero no importaba, había valido la pena cada segundo. Cuando salió de la escuela, lo vio.
Había tenido una mañana ajetreada, pero los únicos pendientes los podía terminar en su departamento. Decidió hacer una pequeña visita. Llego a su escuela, a la hora de salida. No llevaba mas de cinco minutos cuando la vio salir se acerco y le pregunto que si quería ir a comer.
Con gusto acepto ir a comer, no conoció ningún lugar para comer y ya no tenia comida decente en su departamento. Fueron a comer a un lugar de comida típica. A ella le pareció que era un buen lugar. Pero después de comer, le dijo que esta vez no podría ir a pasear, le dijo que le gustaría ir a una biblioteca y poder terminar todas sus tareas pendientes.
Iban camino a su biblioteca preferida, tenia bastantes libros y era como todas las bibliotecas tranquila, pero esta en especial era algo acogedora. En las salas había unas chimeneas con unos grandes sillones para sentarse a leer cómodamente.
Volteo a ver su reloj, se dio cuenta que habían pasado tres horas desde que llegaron. Tenía una pila alta de libros y estaba a punto de terminar su tarea, tan solo terminaba con la conclusión de su ultima investigación. Volteo a ver que estaba haciendo el y se fijo que se veía cómodo leyendo en uno de los sillones junto a una chimenea. Hacia una hora que había terminado con su trabajo
y dijo que la esperaría, que tenía algo que darle. No se imaginaba que podría ser.
Estaba leyendo cuando sintió que alguien se acercaba. Despego la vista del libro y vio que se acercaba. Al parecer ya había terminado su tarea. Puso un separador en su libro y lo guardo en la mochila, cuando se fueran lo iba a rentar. Le había parecido bastante interesante y quería terminar de leerlo. Saco también de su mochila la libreta que se había encontrado unos días atrás, y que su sueña de seguro todavía ni se enteraba de que estaba perdida. Le dijo que se sentaran en la mesa en donde ella había estado haciendo su tarea.
Vio que el guardaba su libro, pero también se fijo que estaba sacando una libreta que sospechosamente se parecía a la que ella creía haber perdido. Pero le parecía imposible que el la tuviera en sus manos. De seguro era pura coincidencia, o eso era lo que ella quería creer. Le dijo que se sentaran en la mesa en donde estaba haciendo su tarea.
Se fijo que había notado como había sacado su libreta y la saco de dudas, si esa era su libreta. También le dijo que la había leído. Era su diario, la fecha empezaba en las mismas fechas que el la había conocido. De cómo se habían empezado a llevar, pero también como habían dejado de frecuentarse. Había unas cosas que no recordaba y otras cosas que no había entendido mucho, y al parecer y por lo que había leído ella tampoco había entendido muchas cosas. Pero al final dejaron de hablarse y el se vino a vivir a otro país y ella después de un tiempo había seguido con su vida. Después de leer lo que ella había escrito recordó porque le había dejado de hablar. Ella había empezado a sentir algo por el y el no había sabido como corresponderle., no era nada bueno para esas cosas. Le pregunto si haberlo encontrado ahí había sido pura coincidencia o ya sabía donde estaba.
Le dijo que había leído su diario, se quedo paralizada. No sabía si estaba contenta porque había encontrado su diario, o triste porque la única persona que no quería que supiera de eso fuera la que lo encontró, o enojada porque había leído su diario. Estaba confundida y no sabía que podía decir. Empezó a recordar porque le había dejado de hablar. Ella había empezado a sentir algo por el, y por más que intentaba negarlo o hacer algo contra eso, simplemente no lo podía evitar. Y lo peor era que entre más obvia era ella, más era lo que el se alejaba. Definitivamente, no era nada buena para esas cosas. Después de un momento en silencio, el le pregunto que si había sido coincidencia haberlo encontrado ahí. Si, había sido pura coincidencia. Después de que se dejaran de hablar, ella ya no supo nada de el. Solo lo veía alguna vez durante los pasillos, pero el la evitaba. Después de que el termino la escuela, ya no supo nada de el.
Se estaba sintiendo como una mala persona, verla con esa cara. Se veía algo incomoda, y podía notar como los recuerdos le incomodaban. Más de lo que a el le pudiera incomodar. Le dijo que le explicara bien.
Ya no estaba tan segura que habérselo encontrado tan lejos era buena suerte, le traía tantos recuerdos que le dolían. No comprendía que era lo que quería saber de eso. Había sido el quien decidió dejar de hablarle y de terminar cualquier buena comunicación que tenía con ella. Pero lo volteo a ver y vio algo en sus ojos que la hiso por decidirse decirle todo. Como cuando tenía la confianza de contarle sus secretos sin que el fuera a juzgarla, o como cuando ella le daba consejos sobre cualquier cosa que el le comentara. Quizá había sido porque lo que sentía por el no se había ido del todo. Pero ahí estaba ella de nuevo enfrente de el, sin poder ocultarle nada. Todo empezó cuando fueron a la escuela de idiomas en el mismo salón. El sabía un poco más pero no había un nivel más alto, a si que se conformo con eso. Empezaron a hablando un poco y fueron tomando más confianza. En ese entonces a ella le gustaba alguien y a el le gustaba otra persona. Al final ninguno de los dos tuvo oportunidad con la otra persona. Y ellos siguieron hablando más. Ella no se había dado cuenta pero le había empezado a gustar. Así era, ella le contaba todo y el le decía sus cosas. En su cumpleaños ella le hablo y el le dijo que era la única que le había hablado. Ella confiaba en el, pero el la regañaba que no era bueno confiar tanto en la gente. El era un ermitaño y ella solo quería escuchar lo que el tenía que decir. Hasta que el dejo de hablarle, y cuando ella le hablaba le contestaba de vez en cuando solo para decirle que estaba ocupado. Se entero por otra persona que le gustaba alguien más. Y lo confirmo ella misma, que aunque ya hablaban muy poco ella lo conocía muy bien. Sabía cuando le gustaba alguien. Fue cuando tuvo que tomar la decisión de ya no tratar de hablarle, porque al parecer el ya había dejado de hablarle. Y eso le dolió mucho. Para poder superarlo realmente le costo algo de tiempo. Pero al fin pudo. Le ayudo que en ese tiempo el se iba de la ciudad. Ya se había graduado y quería vivir lejos del pueblo, a lo que le contaba cuando todavía eran amigos. Después de eso no supo nada de el y mucho menos preguntaba. Ella prefirió seguir con su vida, terminar su escuela y enfocarse en lo que a ella le gustaba. Termino de contarle y se sintió mal, se sintió que estaba entregando demasiado su confianza, casi se arrepiente de haberle contado. Lo volteo a ver, decidió agarrar su mochila y estaba a punto de levantarse e irse cuando sintió que le tomaba la mano.
Estaba sorprendido con todo lo que le estaba diciendo, la veía como cuando le contaba sus cosas cuando estaban en la escuela. Cuando termino agarro su mochila, se veía dispuesta a irse. Puso su mano sobre la de ella que estaba en la mesa. Eso al parecer hiso que se quedara, pero todavía se le veía un poco incomoda. El lugar ya estaba casi en silencio. Había solo unas cuantas personas. Ya estaban ando las diez de la noche, pero no se preocupaba. La biblioteca abría las 24 horas.
Quería recuperar su mano, no entendía su afán de tomarle la mano a cada rato. Que no sabía el que eso la hacía dejar de pensar con claridad. Se sentía incomoda. Quería irse de ahí y regresar a dormirse a su departamento. Pero al parecer no estaba dispuesto a dejar que se fuera, pero tampoco decía nada. Le dijo que lo volteara a ver, después de un rato le hizo caso.
Se notaba como ella evitaba voltearlo a ver. Quería contarle su parte de la historia, le dijo que lo viera, pero quito su mano de la mesa. Después de un rato decidió voltearlo a ver. Que si cuál era su parte de la historia le pregunto. Hasta donde ella sabía era solamente haberle dejado de hablar, porque nunca entendió muy bien porque, quizá hasta después quiso darle excusas o al menos entenderlo un poco. Solo supo decirle que lo escuchara. Para el, ella era una muy buena amiga. Podía decirle y quejarse con ella de cualquier cosa que le pasara. Pero también para el ella era alguien inmaduro, era demasiado distraída. Por eso la regañaba mucho. Nunca la vio con otros ojos. Cuando sus amigos le empezaron a preguntare acerca de ella, nunca sabia que contestar y siempre cambiaba el tema. En parte le molestaba que lo hicieran. Fue entonces cuando empezaron a perder la comunicación, siempre que ella le hablaba le decía que estaba ocupado y en parte era cierto. También en ese entonces a el le llamo la atención otra persona. Lo que le sorprendió era que ella supiera, si el nunca le dijo nada de ella. Después de que dejaran de hablar el se fue del pueblo. Cuando termino de contarle la vio un poco ausente.
Mientras escuchaba lo que le decía se estaba acordando de todo. Estaba diciéndole exactamente lo que ella pensaba era la razón por la cual dejo de hablarle. No supo que contestar, se sentía incomoda y simplemente quería irse. Era un poco tarde. Estaba la biblioteca más callada, la ultima persona estaba tomando sus cosas para retirarse. Se levanto, le dijo que quería retirarse a su departamento. Era muy noche ya y tenía mucho sueño, esa era su excusa. Lo vio que quería decirle algo pero no lo dejo, mientras iba saliendo escucho que le dijo que le marcaría después. Se detuvo un momento para luego seguir caminando más rápido. Ya había pasado por esto, y ni había ido a otra parte del mundo para volver a pasarle. Pero no podía evitarlo, le seguían doliendo todos lo recuerdos. Y lo peor era que añoraba cosas que nunca pasaron. No podía evitar tampoco las lagrimas que recorrían sus mejillas, se sentía tan, no sabía ni como describirlo. Llego a su departamento y estaba todo oscuro y en silencio, ni lo noto. Dejo sus cosas a como iba pasando, llego a junto a su cama y se durmió. Le esperaba un largo fin de semana.
Vio como sin expresión alguna se levantaba de la silla y agarraba sus cosas. Le dijo en voz muy baja que ya estaba muy cansada y se iría a su departamento. Antes de que se fuera alcanzo a decirle que seguiría en contacto, cuando le dijo eso vio como se paraba en el marco de la puerta de la biblioteca y después seguía su camino. Con coraje, le dio un golpe a la mesa con su puño. La bibliotecaria lo vio enojada y lo mando a callarse. Le pidió disculpas y empezó a tomar sus cosas, era mejor irse. Ya pensaría como solucionar las cosas. Fue en eso cuando noto el mismo cuaderno que se había encontrado unos días atrás. Lo tomo y sonrió, ya pensaría como llamar su atención.
Se despertó y sentía los ojos hinchados, todavía sentía un poco de coraje. Como era que podía estar así por algo que creía haber olvidado. Se dio un buen baño y decidió tomar su desayuno fuera. Era hora de que no compraba la despensa, ya lo haría después. Decidió apagar su celular y buscar un mapa de la ciudad. Ya tenía toda la tarea hecha a si que se tomaría la libertad de seguir conociendo el lugar.
Llego a su oficina cansado y desganado. Apenas había desayunado un poco y casi ni había dormido. Se la había pasado toda la noche pensando y no logro pensar en nada. En eso entra su jefe y le dice que tenía que preparar sus cosas porque tendían que visitar a un cliente fuera de la ciudad esa misma tarde, el y su compañera rubia. No iba a ser un fin de semana de lo mejor. Su jefe le dio su boleto de avión y le dijo que llegara temprano al aeropuerto. Se fue a su casa para hacer la maleta, tenía solo una hora para irse a aeropuerto y estar temprano. En media hora ya tenia su maleta hecha, solo estaba esperando al taxi para que lo llevara al aeropuerto. Le marco a su compañera de oficina, le aviso que la vería en a sala de espera. Estaba ya de camino al aeropuerto cuando decidió marcarle, pero no le contesto. Al parecer tenia e teléfono apagado. Este iba a ser un largo viaje.
Dejo las llaves de su departamento en la mesita. Acababa de llegar con la despensa de la semana, por fin había ido a comprar la comida. Iba a dedicar la tarde a arreglar el departamento y a limpiar. Ya había recorrido bastante la ciudad el día anterior y esa misma mañana.
Llego el Domingo en la noche muy cansado del viaje.