Otro verano que se acerca. Esta vez, increiblemente, engordé, en vez de aggiornarme al destape primaveral. Tengo miedo, pero sigo sin darle importancia. Qué clase de dietante puede darse el lujo de todo ese tiempo imerso en la inadecuación? Soy esto ahora, de a poco, como si lo disfrutara, voy viviendo el día.

Es cierto que, confesionalmente, tengo un acumen interesante. diazepam cada 2 días, el faso, hoy una pseudoefedrina (muy light) para aligerar. Y, si es necesario, para combatir los embates del sistema digestivo ante mis desmanes, bicarbonato, o 6copin, o analgésicos, o el remedio de la gastritis, o el siempre listo perifar flex.

Sin embargo no soy más idiota que nadie. Pero pierdo oportunidades de contacto humano sin duda. Esto debería pesarme un tad bit more. Presiento terriblemente que voy a llegar a lamentarlo. Sin embargo, me embarga la fantasía, el descubrimiento: estoy frente a la pantalla horas, distrayéndome continuamente, trabajando, limpiando, comiendo, arreglando ordenando planeando. Comprando libretas rojas con elástico.

Octubre. notas, estoy finalmente entendiendo cómo ser docente con los chicos. Ya está por hoy, es peor que volver a reaggeton.